El teletrabajo es una modalidad de contrato laboral mediante el cual el trabajador presta sus servicios, total o parcialmente, desde su domicilio u otro lugar distinto de los establecimientos, instalaciones o faenas de la empresa, utilizando medios tecnológicos, informáticos o de telecomunicaciones, o bien reportando tales servicios por dichos medios.
A su vez, el trabajo a distancia es aquel en el que el trabajador presta sus servicios, total o parcialmente, desde su domicilio u otro lugar o lugares distintos de los establecimientos, instalaciones o faenas de la empresa.
Lo que diferencia al teletrabajo del trabajo a distancia es justamente el hecho que en el primero la prestación de los servicios se utilizan medios tecnológicos, informáticos o de telecomunicaciones o si tales servicios se reportan por dichos medios.
La transformación laboral, económica y social, aunada al avance e innovación en las tecnologías de la información y comunicaciones, ha generado especial relevancia respecto de esta modalidad de trabajo, dado que la empresa deberá distinguir aquellos puestos que puedan ejecutarse mediante esta forma de trabajo, identificando el perfil de los postulantes quienes deberán contar con alta capacidad de adaptación, liderazgo, flexibilidad y resiliencia.
Hoy en día el teletrabajo ha adquirido especial importancia en el sector empresarial a consecuencia de la pandemia de coronavirus y con la publicación en el Diario Oficial de la ley número 21.220, que entró en vigencia el 01 de abril de 2020, estableciendo un plazo de tres meses para que los empleadores regularan conforme a la nueva normativa los contratos con sus trabajadores que ya estuviesen prestando servicios de teletrabajo.
Lo relevante del teletrabajo para la productividad de la empresa es identificar cuáles son los cargos de valor, los verdaderos líderes y el compromiso que existe por parte de los teletrabajadores con la compañía, ya que de esta manera el empleador podrá efectuar una adecuada dinámica laboral en su organización.
Mediante la creación o modificación de nuevas estructuras contractuales laborales, el empleador tendrá la oportunidad de establecer habilidades y potenciar la ejecución de los servicios por parte del teletrabajador a través de programas de cumplimiento de parámetros y resultados.
El éxito del teletrabajo está esencialmente asociado al cumplimiento de objetivos, reforzado todo ello mediante una estructura contractual.
Para un buen desarrollo de esta modalidad de contrato el empleador deberá:
- Dar estructura contractual a los servicios a ejecutar por parte de los teletrabajadores.
- Establecer programas de cumplimiento de objetivos para el logro de resultados.
- Formar y fortalecer el liderazgo en los equipos de trabajo.
- Crear pequeños equipos multidisciplinarios, multigeneracionales y autogestionados a fin de lograr una mejora continua en la empresa.
- Adoptar estrategias de fuerza laboral dinámicas que permitan satisfacer las necesidades de los clientes.
- Otorgar a los teletrabajadores una identidad laboral.
Consideraciones de Salud Ocupacional
El teletrabajo plantea un desafío para las empresas y trabajadores en vista a mantener la productividad, considerando para ello, mantener condiciones de trabajo adecuadas en el lugar que se pacte que éste se desarrollará (habitualmente el domicilio del trabajador).
Por lo general, el medio tecnológico que se utiliza con mayor frecuencia para mantener contacto con el teletrabajador es un notebook conectado a una red wifi. Dependiendo del tipo de tareas que el teletrabajador desarrolle, este trabajo requerirá estar en posición sentado frente al computador por largas horas durante el día.
Bajo esta premisa, el empleador deberá tener en cuenta algunos aspectos preventivos que es necesario reforzar a los teletrabajadores, de manera que permitan evitar problemas de salud asociados a posturas mantenidas y conductas sedentarias, siendo estos los siguientes:
- Disponer los elementos de trabajo (notebook en su alzador, teclado y mouse independiente) sobre una superficie amplia que permita mantener una posición cómoda considerando que la altura superior de la pantalla debe estar en línea con su visión.
- Utilizar una silla cómoda que permita el apoyo lumbar y dorsal y le permita regular la altura para apoyar los antebrazos sobre la superficie de trabajo.
- Los pies deben estar apoyados en el piso y las rodillas con un ángulo mayor a 90° para evitar comprimir la zona posterior.
- Alternar la postura es clave, ojalá cada 30 minutos cambiar de posición. Para ello se puede utilizar el Notebook como portátil y cambiar de estancia por algunos minutos. También se puede utilizar otros elementos portátiles como smartphones o tablets para variar la posición.
Por otra parte, resulta fundamental que el empleador tenga un contacto fluido y permanente con el teletrabajador, para mantener el sentido de pertenencia con la organización y evitar el aislamiento social.

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